Concert a La Seu / Diario de Mallorca / A. F. Vallespir / 6 Diciembre 2012
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| Exito total de público. Se terminaron las entradas |
El santuario de Lluc hizo una llamada a la solidaridad y el público respondió al grito celestial con los brazos abiertos. Hablando en términos musicales, la Seu colgó ayer el cartel de "No hay entradas" para el concierto benéfico que servirá para financiar las obras de reconstrucción del sagrado e histórico lugar de la Serra. Más de 1.500 personas contribuyeron a la causa y a cambio, como agradecimiento, recibieron un recital de más de una hora y media.
El coro de los blavets de la escolanía de Lluc y la cantante Maria del Mar Bonet fueron dos de los alicientes en la cita, a la que dio inicio el máximo responsable del santuario, el prior Antoni Vallespir. El padre recordó como el cap de fibló destrozó varias instalaciones de Lluc el pasado 13 de septiembre. "Desde entonces casi todo el mundo puso su mirada en el santuario de su patrona para colocar una teja en un lugar con 800 años de historia que ha sido dañado por un desastre natural", dijo Vallespir.
La campaña Una teula per Lluc dio sus frutos y consiguió numerosos donativos para el espacio sagrado. Pero no bastó. "La Catedral de Mallorca en seguida se puso a trabajar y nos ofreció su casa para este evento", agregó el prior. "Gracias por vuestra solidaridad hacia una causa tan entrañable como esta". Y así Vallespir dio paso a los chicos y chicas de la escolanía de Lluc, que interpretaron varias piezas de música sacra. Tras ellos, el coro de la Universitat de les Illes Balears, con dulces temas como The seal lullaby.
La siguiente en actuar fue Maria del Mar Bonet. La cantautora arrancó muchos aplausos sentidos del público. Las primeras palmas llegaron al dar su opinión sobre el estatus del catalán. "Nuestra lengua y nuestra cultura se resienten. Sufre ataques frontales", sentenció Bonet. Casi todas las 1.500 personas la ovacionaron. Casi todas, porque, mientras tanto en la primera fila, el vicepresidente del Consell, Joan Rotger, y el alcalde de Escorca, Antoni Solivellas, miraban al suelo y tragaban saliva. El prior Vallespir, que sí aplaudió, no pudo evitar comentar el momento con Rotger. Además de los dos políticos, entre el público no hubo demasiadas caras conocidas, aunque también acudieron los canónigos de la catedral, entre otros miembros del clero.
Mientras tanto, Bonet inició su recital en compañía en Daniel Espasa. Interpretó varios poemas musicados, entre los que hubo autores como Bartomeu Rosselló-Pòrcel, Blai Bonet o Miquel Costa i Llobera.
El momento álgido fue el Cant de la Sibil·la. El arranque del órgano sorprendió al público en una elaborada puesta en escena. La palmesana aprovechó su voz al máximo para disfrute del público. Para finalizar, los blavets, el coro de la UIB, Bonet y el pianista Andreu Riera interpretaron conjuntamente Lo pi de Formentor y concluyeron con La Balanguera para redondear una noche de solidaridad a la mallorquina.
El coro de los blavets de la escolanía de Lluc y la cantante Maria del Mar Bonet fueron dos de los alicientes en la cita, a la que dio inicio el máximo responsable del santuario, el prior Antoni Vallespir. El padre recordó como el cap de fibló destrozó varias instalaciones de Lluc el pasado 13 de septiembre. "Desde entonces casi todo el mundo puso su mirada en el santuario de su patrona para colocar una teja en un lugar con 800 años de historia que ha sido dañado por un desastre natural", dijo Vallespir.
La campaña Una teula per Lluc dio sus frutos y consiguió numerosos donativos para el espacio sagrado. Pero no bastó. "La Catedral de Mallorca en seguida se puso a trabajar y nos ofreció su casa para este evento", agregó el prior. "Gracias por vuestra solidaridad hacia una causa tan entrañable como esta". Y así Vallespir dio paso a los chicos y chicas de la escolanía de Lluc, que interpretaron varias piezas de música sacra. Tras ellos, el coro de la Universitat de les Illes Balears, con dulces temas como The seal lullaby.
La siguiente en actuar fue Maria del Mar Bonet. La cantautora arrancó muchos aplausos sentidos del público. Las primeras palmas llegaron al dar su opinión sobre el estatus del catalán. "Nuestra lengua y nuestra cultura se resienten. Sufre ataques frontales", sentenció Bonet. Casi todas las 1.500 personas la ovacionaron. Casi todas, porque, mientras tanto en la primera fila, el vicepresidente del Consell, Joan Rotger, y el alcalde de Escorca, Antoni Solivellas, miraban al suelo y tragaban saliva. El prior Vallespir, que sí aplaudió, no pudo evitar comentar el momento con Rotger. Además de los dos políticos, entre el público no hubo demasiadas caras conocidas, aunque también acudieron los canónigos de la catedral, entre otros miembros del clero.
Mientras tanto, Bonet inició su recital en compañía en Daniel Espasa. Interpretó varios poemas musicados, entre los que hubo autores como Bartomeu Rosselló-Pòrcel, Blai Bonet o Miquel Costa i Llobera.
El momento álgido fue el Cant de la Sibil·la. El arranque del órgano sorprendió al público en una elaborada puesta en escena. La palmesana aprovechó su voz al máximo para disfrute del público. Para finalizar, los blavets, el coro de la UIB, Bonet y el pianista Andreu Riera interpretaron conjuntamente Lo pi de Formentor y concluyeron con La Balanguera para redondear una noche de solidaridad a la mallorquina.
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